Ayer, 22 de noviembre, hizo 57 años de uno de los asesinatos más famosos de nuestra historia reciente: el de John Fitzgerald Kennedy, 35º presidente de los Estados Unidos. En esta nueva entrada, conoceremos un poco más del político estadounidense y de su trágico final.
John Fitzgerald Kennedy nació en Brookline (Massachusetts) el 29 de mayo de 1917. JFK, nació en una familia de clase alta, cuya prioridad era la buena educación de sus hijos. Pasó por los mejores colegios, siempre supeditado a las mudanzas por el trabajo de su padre, y llegó a graduarse en cum laude en Harvard en relaciones internacionales.
En 1941 se alista en la Armada pero su actividad militar es muy breve, tan sólo dura tres años. Cómo alférez de navío, su lancha fue abordada en el año 1943 por un destructor japonés, dejando a JFK herido en la columna. A pesar de esto, ayudó a salvar a 10 compañeros y por ello fue condecorado con el Corazón Púrpura, una de las mayores distinciones de EE.UU.
Comienza entonces su vida política que despega muy rápidamente. Con tan sólo 29 años fue elegido diputado por el Partido Demócrata y en el año 1952 senador por Massachussets.
Su fama no deja de crecer y en el año 1960 vence en los comicios a Richard Nixon y se convierte en el 35º presidente de los EE.UU., el primero católico y el más joven de toda la historia de la política estadounidense.
Kennedy formó un equipo de su máxima confianza, integrado por su hermano Robert F. Kennedy como secretario de Justicia (Fiscal General), Robert McNamara en el puesto de secretario de Defensa y Dean Rusk en la secretaría de Estado.
Su programa político se basó en la recuperación económica, la mejora general de la Administración estadounidense, la diversificación de los medios de defensa y el establecimiento de una alianza para el desarrollo integral del continente americano, programa este último al que llamó Alianza para el Progreso.
Además, propuso reformas sociales que encargó a su hermano Robert, mientras él se dedicaba a la política exterior, e impulsó el programa espacial, ampliando enormemente el presupuesto de la NASA para conseguir llegar a la Luna antes que cualquier otra potencia.
En el terreno internacional, las capacidades del nuevo presidente se pusieron a prueba en las relaciones con la URSS de Nikita Kruschev. Kennedy intentó consolidar la coyuntura y mostrar sus deseos de paz creando un Cuerpo de la Paz, organismo fundado en pro de la fraternidad mundial, pero los propósitos del presidente se vinieron abajo tras el gran fiasco de Bahía de Cochinos y con la falta de acuerdo ante el problema de Berlín.
Sin embargo, la crisis más importante a la que tuvo que hacer frente JFK fue la de los Misiles en Cuba. En el otoño de 1962 se descubren una serie de estaciones secretas de rampas de misiles soviéticos de medio alcance en la isla de Cuba.
Kennedy exigió al líder soviético el desmantelamiento de las bases. Tras unos meses en los que se temió por el estallido de un conflicto nuclear entre las dos máximas potencias del mundo, Nikita Kruschev cedió a la presión estadounidense y ordenó el derribo de las rampas de misiles.
El desenlace constituyó un éxito para el presidente estadounidense y una pérdida de prestigio para Kruschev: la retirada soviética minaba la imagen del líder. Tras la crisis de los misiles, Moscú y Washington parecieron llegar a un entendimiento tácito que anulaba el espíritu de confrontación abierta.
El año 1963, JFK triunfó en su gira europea lo que supuso la culminación de su éxito político. En junio pronunció un discurso en la ONU en el que abanderó los deseos de acabar con la Guerra Fría, al tiempo que establecía con Moscú el famoso teléfono rojo de línea directa entre ambos líderes. Un mes después, los Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña firmaron el primer tratado de limitación de pruebas nucleares. JFK y Kruschev.
El único hecho que enturbió su política exterior fue el recrudecimiento de las hostilidades en Vietnam del Sur, donde tenía ya instalado un auténtico ejército de ocupación que sostenía a un gobierno totalmente corrupto.
El 22 de noviembre del mismo año, el asesinato de JFK pasa a convertirse en el magnicidio más famoso de nuestra historia reciente.
Este trágico acontecimiento tuvo lugar en Dallas, en el desfile presidencial durante la segunda jornada de la visita del presidente a la ciudad, en plena campaña reelectoral.
La comitiva presidencial, que se dirigía al centro de la ciudad, discurría a paso lento por una ancha avenida cuando el coche descapotable en el que viajaban el presidente, su esposa Jacqueline y el gobernador de Texas, John Connally, tomó una curva junto a un parque. En ese momento, las 12.30 de la mañana, tres impactos de bala alcanzaron a Kennedy y Connally.
Ambos fueron trasladados de inmediato al Parkland Memorial Hospital. Mientras Connally conseguía recuperarse, Kennedy murió 30 minutos después del atentado: una bala le había destrozado el cerebro.
Poco después del magnicidio, la policía detuvo a un sospechoso: un ex marine llamado Lee Harvey Oswald, que trabajaba en el almacén desde el cual se había abierto fuego contra el séquito presidencial.
El asesinato de Kennedy es aún hoy en día un misterio ya que la detención del presunto asesino, no esclareció por qué había cometido el asesinato. Las distintas hipótesis van desde la KGB hasta la propia CÍA como culpables del asesinato.
Hasta aquí el post de hoy, espero que os haya gustado.
Vero💋